jueves, 8 de octubre de 2009

Dioses de la mitología (documental)

Capítulo 1

Capitulo 2
Espero que os guste

Pegaso,el caballo alado de la mitologia griega


Allá donde pisaba Pegaso, el agua brotaba mágicamente de su huella…
Pegaso era un caballo blanco con alas, nacido del encuentro entre Poseidón, el dios griego del mar y de los caballos, y Medusa, una de las tres Gorgonas. Cuando Perseo, mitad dios por tener a Zeus como padre, acabó con su vida tras una lucha cruenta, Pegaso nació del cuello de la Gorgona, al igual que su hermano, el gigante Crisaor, y al salir batiendo sus alas se elevó, momento en que aprovechó Perseo y subiéndose a él, escapó de las otras dos Gorgonas. Así nació Pegaso.
Su nombre, Pegaso, o Pegasus, proviene de Pagé que significa en griego “manantial”. Este fabuloso caballo, indomable, que volaba moviendo las patas como si corriera sobre el mismo aire, poseía el poder de hacer surgir agua allí donde pisase y poseía, además, un carácter indomable que lo convirtió en reto para aquellos que ansiaban tenerlo bajo su mando. Como, por ejemplo, Belerofonte.
Belerofonte, héroe griego hijo del Rey Glauco de Corinto, vivía obsesionado con capturar a Pegaso hasta que una noche Atenea, diosa de la razón, regaló una solución al ansioso héroe para capturar al rebelde caballo alado: una brida de oro que le permitiría domarlo. Y funcionó, convirtiéndose así Pegaso en el compañero de las hazañas mitológicas que más tarde llegarían. Ahora bien, un día Belerofonte quiso más, quiso convertirse en dios y llegar montado sobre el corcel hasta el mismo monte Olimpo. Zeus ante tal osadía mandó a un pequeño insecto a que picara a Pegaso, (otros cuentan que fue un rayo lo que le envió). Este, al sentir la punzada, se revolvió de tal manera que el pretencioso héroe corintio cayó al suelo quedando lisiado de por vida. Así Pegaso consiguió escapar de él y alejarse batiendo sus alas.
Por fin Pegaso volvía a volar en libertad. Pero cierto día ocurrió que en el monte de nombre Helicón se celebraba un concurso de preciosas voces. Tan bellas eran que el monte se fue elevando hacia el cielo sin control ninguno. Ante esto Poseidón mandó a Pegaso a dar un coz a la montaña para parar su exorbitado crecimiento, orden que fue cumplida. Ahora bien, donde Pegaso golpeó nació una fuente, la Fuente Hipocrene, fuente consagrada a la inspiración que proporcionan las Musas.
Además, Zeus lo nombró portador del rayo y del trueno, símbolos máximos de su poder, y el encargado de conducir el carro de Aurora, que con su paso anuncia día, antes del amanecer, la llegada de su hermano Helios, que no es otro que el Sol. Con el paso del tiempo, Zeus lo convirtió en una constelación formada por cuatro magníficas estrellas brillantes en forma de cuadrilátero.

El mito de Cástor y Polux,los Dioscuros


Plutarco dijo un día de los Dioscuros que “no navegan con los hombres, no comparten sus peligros, pero aparecen en el cielo y son sus salvadores”, y es que probablemente, como Cástor y Pólux, no hay hermanos más bien avenidos ni que figuren con más leyendas después de muertos que en vida.
Fueron hermanos gemelos, nacidos de la misma madre, Leda, pero de distinto padre. Cuenta la leyenda que Leda yació en la misma noche con su esposo Tindáreo, rey de Esparta, de quien engendró a Cástor y Clitemnestra, y con Zeus, con quien creó a Pólux y Helena, lo que confirió al segundo de los hermanos su carácter inmortal.
Ambos nacieron de dos huevos que puso Leda, y es por eso que a los Dioscuros se les representa frecuentemente como a dos bellos jóvenes desnudos que lucen un yelmo en forma de cáscara de huevo y con una estrella adornándola.. Y puede también que sea esa fuerte unión hermana, junto con su disparidad de carácteres las que los hicieron identificarlos con la Constelación de Géminis, constituida en la realidad de dos estrellas que brillan sobre todas las demás.

Sea como sea, los Dioscuros siempre han velado por los navegantes y han sido honrados tanto en la mitología griega como en la mitología romana.
Volviendo a su historia, cuenta ésta sus enfrentamientos con los mesenios. Eran los reyes de Mesenia hijos de Afareo, hermano de Tindáreo, padre de Cástor, y por tanto, primos de los gemelos. En uno de esos enfrentamientos, en el monte Taigeto, el héroe Cástor, el mortal de los dos gemelos, cayó mortalmente herido. Roto de dolor Pólux, el inmortal, pidió a su padre Zeus la venia de que Cástor pasara un dia en el Olimpo, para luego él visitarlo en el Hades. Y así se hizo.
Su leyenda se perpetuó después de su muerte, acrecentándose. Dicen que en futuras luchas entre mesenios y espartanos, se aparecieron los Dioscuros decantando la batalla del lado espartano; como también se cuenta que en la batalla de Egospótamos, contra los atenienses, un ejército muy inferior de espartanos fue capaz de derrotarlos con la ayuda de ambos hermanos.
Pero es su leyenda más popular la que los liga a la futura Helena de Troya, la misma que más adelante raptara Paris, ocasionando la Guerra de Troya. Helena había sido raptada en esta ocasión por Teseo, rey ateniense. Puesta bajo la custodia de su madre, Etra, Teseo y su amigo Piritoo se dirigieron a los infiernos para raptar también a Perséfone, pues ambos habían jurado casarse con hijas de dioses. Sin embargo, aquel momento lo aprovecharon Cástor y Pólux para, con un ejército, asaltar el reino de Teseo en su ausencia. Recuperaron a helena, capturaron a Etra, madre de Teseo, y echaron del trono a su hijo, colocando como nuevo rey a Menesteo.
Su importancia y la creencia en su salvaguardia llegó a ser tan importante que en Esparta el culto a los Dioscuros se popularizó, adoptándose incluso en el oráculo de Delfos, y pasando de ahí a la legendaria Roma. Allí se les consagró un templo en el Foro, y era desde sus escalinatas desde donde los senadores se dirigían al pueblo.

viernes, 2 de octubre de 2009

El mito de Adonis


El mito griego de Adonis resulta profundamente cautivante. Desde su nacimiento, como producto de un amor incestuoso, hasta la rivalidad que su belleza despertó entre dos de las diosas más importantes


El mito comienza con Tías, rey de Siria, cuya hija Mirra poseía una belleza de la cual estaba tan orgulloso que solía decir que ni la propia Afrodita era tan hermosa como ella. Pero la diosa Afrodita, en venganza, impulsó a Mirra a desear en incesto a su propio padre.(Otras versiones dicen que el rey la había tenido encerrada en el palacio toda su vida, por lo que la joven sólo había conocido a un hombre: su padre, y por ende, se había enamorado de éste).
Sea cual sea la versión, Mirra llevó a cabo un plan con la ayuda de su nodriza Hipólita, haciéndole creer al rey que una desconocida ardía de deseos por él, y ofreciéndole encuentros apasionados con una condición: no revelar su identidad. El rey se entregó al ciego deseo de su amante, pero luego de doce noches, descubrió que se trataba de su propia hija y la persiguió buscando su muerte.
Mirra escapó, implorando la protección de los dioses que, para protegerla, la convirtieron en el árbol que se conoce como “mirra“. Se dice que cuando caen las hojas del árbol, en realidad se trata de las lágrimas de la princesa…
Pero pasó el tiempo y el árbol comenzó a hincharse, y a los nueve meses, surgió un bellísimo niño: Adonis. Afrodita se sintió enternecida por el niño, lo recogió y se lo entregó a Perséfone, diosa del Hades, para que lo criara. Y Adonis creció junto con su belleza, por lo que Perséfone se enamoró de él.
Afrodita quiso recuperarlo para ella, pero la diosa del Inframundo se negó. No quedó otra opción que apelar a Zeus, cuya decisión fue que Adonis viviese un tercio del año con cada una de ellas y que el resto lo pasara donde él quisiera. Adonis prefería a Afrodita y vivía junto a ella siempre que le era posible.
Pasaba este bello joven su existencia dedicado a la caza en el monte Líbano, hasta que un día Ares, dios de la guerra y amante de la diosa, (otras versiones dicen que fue Apolo), lleno de celos, se convirtió en jabalí y lo mató a cornadas. Cuando la diosa Afrodita llegó junto a Adonis, éste ya estaba agonizando. Lo tomó en sus brazos y allí donde las gotas de sangre tocaban la tierra surgía una anémona. Adonis descendió al Hades, pero Afrodita fue a ver a Zeus y le suplicó que éste no tuviese que pasar su eternidad con Perséfone en el Inframundo. Zeus decidió que lo más justo sería que Adonis pasara una mitad del año con ella y la otra mitad en el Hades, y así fue, desde entonces y para siempre…
El mito de Adonis encuentra su referente en los cambios de estación, pues su reencuentro con Afrodita marca el inicio de la primavera y el renacer de la naturaleza, mientras que su regreso al Inframundo con Perséfone da inicio al otoño y el invierno
En la imagen de arriba se encuentran Afrodita y Adonis